Las ideas innatas son contenidos puros de la mente (sin la interferencia de los sentidos o la imaginación). Los contenidos puros son aquellos que no pueden ser fruto de los sentidos: alma, Dios, causa, sustancia, etc. Su origen no puede atribuirse a un principio externo al yo. Descartes otorga validez a tales conceptos puros desde el principio, ya que desconfía de los sentidos. Pero en el momento en que comienza a indagar en el interior de su mente y descubre tales contenidos, tampoco puede apoyarse en nada más que el cogito . La reflexión cartesiana no puede trascender el propio yo, de modo que esas ideas puras o innatas que Descartes encuentra en su mente de forma más o menos espontánea sólo pueden atribuirse a la propia razón, al pensamiento en sí mismo. Así, pues, las ideas innatas son contenidos de la razón, forman parte del bagaje racional humano. Con ese bagaje no nos representamos imágenes sino que se hacen inteligibles objetos no imaginables, a los que Descartes llamará i
¿Mentir? iJamás! Así pues, la mentira, definida simplemente como declaración intencionadamente falsa dirigida a otro hombre, no necesita el complemento de que tenga que perjudicar a otro, como lo exigen los juristas para su definición [...]. Pues siempre perjudica a otro, que, aunque no sea otro hombre, sí es la humanidad en general, en cuanto que hace inutilizable la fuente de su derecho. Pero esa mentira bondadosa puede también resultar por accidente ( casus ) punible según las leyes civiles; mas lo que escapa a la penalidad por mera casualidad puede también ser juzgado como injusto por las leyes exteriores. Así, por ejemplo, si mediante una mentira tú has impedido obrar a alguien que se proponía cometer un asesinato, eres jurídicamente responsable de todas las consecuencias que puedan seguirse de ello. Pero si te has atenido estrictamente a la verdad, la justicia pública no puede hacerte nada, sea cual fuere la imprevista consecuencia de ello. En cambio, es posible que,
El pensamiento platónico se desarrolla a lo largo de varias etapas, y sus obras pueden clasificarse según ese mismo esquema temático-cronológico. El orden cronológico se puede establecer a través de un análisis del estilo, del cual ha derivado una lista estilométrica, confeccionada bajo el criterio de que la fecha de un texto resulte menos incierta dentro del grupo de libros al que se asigna que entre los grupos diferentes. Este criterio permite a Popper, por ejemplo, colocar el Criton delante de la Apología , saltando las ordenaciones tradicionales, e incluso se dice que Laques también estaría al principio de la lista (Popper, La sociedad abierta , cap. 3, nota 5). No obstante, aquí presentaremos la lista de las obras platónicas según la ordenación tradicional: 1. Diálogos socráticos Entre 399 y 393 a. C., Platón escribe influenciado por la memoria de su maestro, Sócrates, muerto en 399. Son los llamados diálogos socráticos o menores, escritos fuera de Atenas y posible
Kant distingeix entre les coses bones i allò veritablement bo, i troba que només la bona voluntat és indiscutiblement allò bo, sense restriccions ni o objeccions. Totes les bones qualitats humanes poden conduir al mal si no van acompanyades de bona voluntat. La bona voluntat és bona per si mateixa, és bona simplement pel fet de voler, al marge d'allò que es pugui aconseguir o no. Si amb bona voluntat no aconseguim el que volem, el que queda té valor per si mateix, el fet de voler fer el bé, quelcom que val per si amb independència d'aconseguir fer el bé perquè altres circumstàncies ho hagin impedit. El concepte de bona voluntat va lligat al concepte de deure: es tracta de voler actuar per deure, pel deure d'actuar bé. En aquest punt, Kant estableix dos tipus d'accions: Aquelles que podem considerar bones pels seus resultats. Aquelles que tenen valor moral per si soles, perquè conjuguen la bona voluntat amb el deure. Què és el deure? No és allò pel
LA DUDA METÓDICA Para Descartes, la tarea de la filosofía consiste, sobre todo, en descubrir la verdad. Y esa verdad consiste en algo, una proposición que sea indudable y absolutamente evidente. De este modo, hace de la duda su método, la duda metódica mediante la cual irá despejando dudas sobre el conocimiento, hasta hallar aquello sobre lo que no sea posible dudar. El propósito es dudar de todo aquello que no sea absolutamente evidente. Se trata de barrer todo lo que no sea seguro, hacer limpieza y poder reconstruir un nuevo edificio sobre los escombros del anterior, sobre bases más firmes y sólidas, dado que ha puesto a prueba su resistencia a la duda. Así, el punto de partida consiste en sospechar de la verdad de todo cuanto se presente como información sobre el mundo, para deshacerse así de las creencias infundadas, pero para ir también más allá con la intención de no dejar nada en pié hasta alcanzar alguna idea clara y evidente por sí misma. Como él mismo cuenta, estudi
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